viernes, 13 de noviembre de 2009

La falsa ideología de la discriminación

LA FALSA IDEOLOGÍA DE LA DISCRIMINACIÓN

Siempre he estado convencido que la auténtica libertad, el derecho a vivir no sometido, se encuentra en la propia posibilidad de poder decidir con independencia, sin condicionantes ni prejuicios. Por desgracia a las mujeres aún no se les ha brindado oficialmente ese privilegio, aunque de hecho la mayor parte lo vienen ejerciendo pues, aunque se nos quiera hacer comulgar con ruedas de molino, lo cierto es que la mujer moderna española que se ha educado en valores de igualdad, inteligente, preparada y cualificada por el hecho de ser persona con mérito y capacidad, tiene claro que hoy en día puede tener su techo de realización personal en esferas de decisión, poder y dirección a los que se ha incorporado, eso sí recientemente, sin que se puedan saltar varios escalafones generacionales sin plantear ello nuevas discriminaciones injustas. Esa mujer de futuro, hoy puede optar por dedicarse a la familia y cuidado de los hijos o por ese horizonte profesional que antes quedaba reservado al género masculino.

Mas la falsa ideología de la discriminación que sigue negando la mayoría de edad de las mujeres, no reconoce que el problema lo provoca el hecho de que a quien se niega la meta de realizarse con la atención y dedicación de la prole es a muchos padres que, hoy en día, también quieren participar en ese legítimo objetivo. Una falsa ideología que ha cambiado la tutela marital por una tutela institucional.

La solución, por tanto, pasaría por intentar combinar esas aspiraciones, creando una tercera intermedia conciliadora de la vida familiar y laboral, concienciando a los hombres en que solo su participación activa motivará a las mujeres a no ser heroínas de leyenda o frustradas amas de casa, sin descartar su libertad por esa dignísima opción.

Mas esa propuesta que beneficiaría sobre todo a las madres, se niega por las nuevas entidades tutelantes que reservan a sus pupilas un papel de humillante discriminación por el hecho de ser mujeres.

Francisco Serrano Castro

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